Oficio

PEQUEÑAS PINCELADAS DE UN OFICIO MILENARIO

La tarea del picapedrero se remonta a tiempos inmemoriales. Ya antes de la construcción de las primeras pirámides y templos, el ser humano había llevado a cabo grandes avances en el arte de tallar piedra.

No fue hasta la edad media sin embargo, que el oficio tomó realmente forma. En aquella época los picapedreros comenzaron a agruparse en gremios para garantizar su bienestar y transmitir los aprendizajes de manera más eficaz. De hecho, el gremio más antiguo documentado fue precisamente el de picapedreros y obreros, en 1211 en Barcelona.

Casi un milenio después, el oficio sigue plenamente vivo. Si bien es cierto que en los últimos años la mecanización y la aparición de materiales prefabricados han hecho reducir el número de canteros artesanos; el oficio sigue siendo necesario tanto para realizar obras artísticas como para construcciones más funcionales.

La expresión artesana se mantiene vigente y gracias a la ayuda de la maquinaria actual y la mejora en las técnicas de producción, en la actualidad se consigue un nivel de precisión inimaginable sólo un siglo atrás.

Por suerte, en Cataluña hay una fuerte tradición cantera. Tenemos buenos materiales como la piedra de Montjuïc, el granito del Maresme, el basalto de Castellfollit, la piedra de Ulldecona, la piedra de Lleida… Además, siguen persistiendo alrededor de un centenar de artesanos canteros con los que mantenemos muy buena relación y a quienes animamos a perseverar en esta hermosa profesión.

EL PROCESO DE LA PIEDRA: DE LA CANTERA AL TALLER

Si queremos trazar la elaboración de cualquier obra de piedra nos vemos obligados a hacer mención especial a las canteras, lugar donde los rompedores se encargan de extraer la materia prima en forma de bloques de piedra. Hoy en día este trabajo se realiza con máquinas muy modernas pero en otros tiempos esta era una tarea totalmente manual.

Los bloques de piedra provenientes de las canteras se transportan hasta el punto de destino, donde se realiza la talla y acabado. Es en este punto donde entramos nosotros, los picapedreros. Nuestra función es dar forma a los bloques de piedra y convertirlos en piezas dignas de ser admiradas.

Como habrás podido intuir el trabajo del picapedrero no es posible sin un paso previo, el más importante de todos: el proceso creativo. Diseñadores, arquitectos y artistas son los encargados de visualizar las obras, plasmarlas en papel y marcar las directrices para provocar el efecto deseado en el observador.

Nuestro trabajo es convertir su visión en una realidad palpable.

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